El mediático juicio a ‘La Manada’ ha puesto de manifiesto la duda de cuándo publicaciones en redes sociales pueden ser admitidas como pruebas judiciales. Los jueces de este caso han admitido como prueba el espionaje en las redes sociales de la víctima y han rechazado los mensajes de WhatsApp donde los acusados adelantaban sus intenciones al viajar a Pamplona.
El perito informático Javier Rubio, que hace dos años demostró que los mensajes de WhatsApp se pueden manipular sin dejar rastro, explica las diferencias técnicas existentes entre una fotografía subida a Instagram y unos mensajes de WhatsApp, motivando el porqué de las decisiones de la Justicia al haber admitido la fotografía, lo que aparentemente perjudica a la víctima; y haber rechazado los mensajes, lo que aparentemente beneficia a los acusados. El perito informático incide en que “la fotografía no ha podido ser manipulada con anterioridad a su subida a Instagram, ya que fue publicada por la víctima o por alguien de su entorno”, ni tampoco puede ser manipulada a posteriori, “porque para eso habría que hackear los servidores de una compañía como Instagram”.
Según Rubio, desde un punto de vista estrictamente técnico, sin entrar en el fondo de las pruebas, “la fotografía tiene un peso mucho más elevado que los mensajes”.
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Fuente: elcomercio.es